A menudo, el acierto está en el gusto por las pequeñas cosas. Con frecuencia, a la hora de amueblar una casa, nos centramos en los muebles principales: la cama, el sofá, el mueble para la televisión, la mesa de comedor, el armario… Es cierto que, con menos, apenas podríamos vivir cómodamente.
Sin embargo, la diferencia entre amueblar y decorar la marcan esas pequeñas cosas en las que, a veces, no paramos a pensar. Los muebles auxiliares, junto con los cuadros, espejos, lámparas y otros objetos de decoración son fundamentales para dar ese toque distinto y personal que convertirá tu casa en un verdadero hogar.
Los muebles auxiliares no solo decoran. Son muebles prácticos que nos facilitan la vida. Piénsalo, ¿dónde apoyarías la taza de café sin una mesita auxiliar junto al sofá? O esa lámpara con la que ves la televisión a media luz.
Los zapatos, ¿dónde mejor que en un zapatero? Y si, además, ese zapatero sirve como recibidor para colocar en la entrada, mejor que mejor.
Comer frente a la tele no sería posible sin una mesa de centro y nuestra ropa qué, ¿amontonada sin ningún tipo de orden dentro del armario? Donde está una cómoda o un sinfonier.
Por no hablar del gran papel que juega una mesilla de noche. Es nuestra aliada en la noche, cuando tenemos sed o queremos mirar qué hora es. Sin nuestra mesilla de noche tendríamos que levantarnos y, a veces, las sábanas ejercen una fuerza sobrehumana sobre nosotros. Imposible moverse!